En mi trabajo pinto insistentemente prendas femeninas, que aluden a personajes y tramas a descifrar. Los vestidos y ajuares que son el sujeto y objeto de mis representaciones, no están habitados. Sus formas aparecen como ejes del discurso emocional que se desarrolla alrededor de tres etapas fundamentales de mi vida: Recién llegada a la vida, infancia y adultez. En la infancia, la niña, rodeada ya de prejuicios, inmersa en un sistema de creencias y normas aprendidas que la determinan con precisión en su ruta, abaten su candidez original y tiranizan su necesidad de ser y empoderarse. En la adultez, que podría suponer la liberación de dichas normas, el “deber ser” la atrapa entre culpas y restricciones.
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Kobayashi Issa